Doncellas ofendidas
Allá por 1946, ya ha llovido algo, el gran Raymond Chandler le escribía a su amigo Charles Morton una carta donde le daba cuenta de su experiencia como lector de The New Yorker, esa publicación que Margarita Robles no conoce y que desde las filas del independentismo se nos mienta como el oráculo de Delfos. […]