La reina sin espejo
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Edición original, noviembre 2005 |
Edición de bolsillo, julio 2006 |
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Reedición
de bolsillo, 2011
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El resumen del editor
La
aparición de una mujer apuñalada en un pueblo de
Zaragoza podría ser un trabajo más para el
sargento Bevilacqua y la cabo Chamorro, pero éste es un caso
fuera de lo común; la víctima es Neus Barutell,
una célebre periodista casada con un consagrado escritor
catalán, lo que atrae a la prensa más
sensacionalista y somete a los investigadores de la Guardia
Civil a una dosis suplementaria de presión. En
estas peculiares circunstancias, Bevilacqua y su compañera
deberán remover con sigilo las entrañas de una
vida pública más allá de las
apariencias y sumergirse en las flaquezas e inseguridades que se
escondían tras la imagen solvente e impecable de la
víctima. También será necesario
rastrear con detalle sus últimos trabajos
periodísticos. Las pesquisas llevan a nuestros protagonistas
a Barcelona y las primeras pistas apuntan a un crimen pasional en un
mundo de vanidades, lleno de tapujos y secretos y con ramificaciones
hasta los sórdidos bajos fondos de la ciudad. |
Un apunte del autor
Aquí está, tres años después de la anterior (lo que no me parece un mal intervalo), la cuarta novela de Chamorro y Bevilacqua. A estas alturas, quizá no tiene mucho sentido que me extienda sobre qué son y qué representan para mí. Han sido mis embajadores para llegar a miles de lectores y para hacer de la literatura el gozo compartido que a mí me gusta creer que es. Ésta es la novela más larga, compleja y acaso también la que más ahonda en los personajes. Pero procuro que siga siendo divertida, interesante, atractiva, etcétera. Y rabiosamente apegada a la realidad presente. Con todos sus misterios y paradojas, y con todas las novedades que hacen del trabajo de los policías algo muy diferente de lo que era hace sólo tres o cuatro años. Me gustaría que esta historia, aparte de para entretener, sirviera para reflexionar sobre esta extraña civilización que estamos construyendo en los albores del siglo XXI. Donde la gente, de puro hipercomunicada, está más sola que nunca, y donde aquellos que consiguen sus metas se sienten a menudo fracasados. Y si alguien me pregunta cuándo será la quinta novela, pues al menos en un tiempo a los guardias les toca descansar, y a mí hacer otras cosas. |
La cal de la crítica...
"Lorenzo Silva, no cabe ninguna duda, se encuentra a sus anchas con el sargento Bevilacqua y la cabo Chamorro, dos guardias civiles que han protagonizado ya cuatro novelas largas y un volumen de relatos cortos. El lector celebra enseguida que un escritor domine un ámbito y se mueva bien en él con una manera inteligente de actualizar el viejo género policíaco conectando el denominado thriller (intriga con investigación criminal) con la sociedad de su momento. (...) La novela funciona con gran gozo, por los ingredientes habituales de Silva: sabe narrar con la naturalidad de siempre, produce unos diálogos especialmente sabrosos, crea situaciones en las que ha crecido la ironía, sabe incluso salir airoso de otras muy difíciles, como es el tratamiento de lo catalán y los prejuicios latentes sobre el nuevo orden político autonómico. La intriga está muy bien graduada, ha añadido las escenas de los interrogatorios, que me parecen soberbias, ha dibujado buenos personajes, como el matrimonio objeto de la investigación, y ha acentuado algo que ya se veía venir en La niebla y la doncella: Bevilacqua comienza a acusar el paso de los años, incluso también su ayudante la cabo Chamorro. Han crecido ambos en dimensión. Pero lo que me parece decisivo es que esta novela incorpora elementos fundamentales vinculados a una gran urbe como Barcelona. En esta entrega emerge con fuerza la sociedad de los últimos años, con nuevos delitos como la prostitución nacida de la explotación del inmigrante, y por supuesto con nuevos medios, como es el uso muy inteligente que Lorenzo Silva sabe hacer de una muy precisa información sobre los chats de Internet, y las muchas posibilidades que los móviles han dado a la investigación criminal. De forma que Lorenzo Silva no se ha quedado en el éxito fácil; el éxito, que lo tendrá, se lo ha ganado con una sensibilidad muy a flor de piel respecto a las nuevas realidades sociales que la Guardia Civil de 2005 tiene entre las manos. Eso me permite ir a otro punto que estimo sobresaliente: el modo como Silva ha tratado la cuestión catalana, y las rivalidades de Guardia Civil, Mossos d'Esquadra, policía, etc., esto es, metiéndose en la boca del lobo de la nueva situación política, que ha tenido que lidiar muchas refriegas fronterizas porque las competencias cedidas han dibujado otro escenario para la propia Guardia Civil. La novela trata el asunto con cuidado exquisito, pero no deja nada sin decir respecto a todos los problemas de esta nueva situación en esta España nuestra, plagada de conflictos nuevos y de cambios. En esto, en saber contarlo, en poblar la novela de diálogos donde el lector lo va viendo es en lo que Silva ha dado otro tirón de crecimiento en su serie, que veo cada vez mejor." José María Pozuelo Yvancos. ABCD
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...y la arena
"La creciente densidad discursiva de Bevilacqua le lleva a comentarlo todo; en cierta manera, y bajo el pretexto de su vieja condición de psicólogo (pese a las distancias que establece respecto a ella), acaba por ir moralizando en exceso. Claro está que Silva quiere ahondar en lo social y se le nota mucho su ansia de salir del mero caso policíaco, pero no siempre es igual de afortunado en los discursos reflexivos, que ahora incluso se han deslizado hacia lo metaliterario. Bevilacqua ya no es sólo psicólogo, también es un gran lector, hasta de un relato muy poco conocido de Hermann Broch. Y esa vertiente arroja sobre la novela un peso que la hace más grave y que no siempre le beneficia." José María Pozuelo Yvancos. ABCD |
Críticas en el extranjero
El comentario de un blogger...
... y además exigente y estupendo lector, Eduardo-Martín Larequi, en su interesante Bitácora del Tigre. Sólo puedo agradecerle la meticulosidad con que desmenuza la novela y juzga muchos de sus aspectos, sin desentrañar la trama. Un detalle sobre el que tengo una conversación pendiente con él y otros: ¿Por qué parece tan imposible que un guardia civil, incluso uno resolutivo y eficaz como Bevilacqua cuando se tercia, posea un temperamento sentimental, haya leído algo más que la cartilla del guardia civil y sepa idiomas? ¿Porque los guardias suelen provenir de la plebe, de los pueblos o los barrios periféricos? Pues bien, yo también provengo de un barrio periférico, soy hijo de militar humilde y he ido a la universidad y leo a Lewis Carroll en inglés. Aunque algunos crean que eso es contra natura y que nunca habría debido pasar. Y también tengo un amigo guardia (ni siquiera es sargento) que se calza a Ian Rankin, a William Boyd y a Jonathan Franzen en inglés. Cosa que no podrían hacer muchos intelectuales de extracción social "correcta" que yo me sé... Vamos ya, hombre, sacudamos polillas cerebrales, que éste, por fortuna, es un mundo mucho más complejo y abierto que el de nuestros abuelos. |
En italiano
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